"Las cascadas son hermosas pero para nadar siempre esta es el mar"
Hace poco leí en un blog de una madre de un niño con autismo,
con un titular que me impacto decía así:
ODIO EL AUTISMO Si alguien quiere leer el artículo aquí les dejo el link: http://blogs.20minutos.es/madrereciente/
Ella lo expresaba tal cual y sin tapujos, esta mamá lo que
ha tenido es el valor de decirlo alto y claro, porque una cosa es el infinito
amor que les profesamos a nuestros hijos y otra es el autismo como tal.
Después
de leer todo su artículo comencé a recordar cuando inicie el camino de convivir
con el autismo de mi hijo, y llegue a la conclusión de que si, en su momento
odiamos el AUTISMO, porque?. Es muy sencillo y fácil de explicar, cuando me detengo
a pensar lo que se siente en el primer momento, cuando inicias el recorrido con
todas las dudas del mundo, cuando no sabes lo que está sintiendo tú hijo,
cuando no sabes si algún día realmente podrás llegar a entender su mundo o él podrá
llegar a entender el nuestro, ahí es cuando se odia el autismo. Toda esa mezcla
de sentimientos solo se van con el tiempo, porque nos centramos en ayudar a nuestros hijos y a
disfrutar de los pequeños logros que van teniendo, de sus primeras palabra, sus
primeras frases, su sonrisas, y en
general todo el proceso de avance en mayor o menor medida.
Ese sentimiento de
odio, muy innato en el ser humano con el tiempo se va transformando en
indiferencia porque estamos tan ocupados en darles lo mejor a nuestros hijos,
que ya ni siquiera tenemos tiempo para odiarlo.
Pero hoy más que
nunca ronda en mi cabeza un pensamiento: si el autismo no hubiera llegado
a mi casa, cómo hubiera sido mi vida y la de mis otros dos hijos? Hoy en día no
puedo decir que “odio el autismo” pero si vienen a mi mente muchas preguntas, a veces incluso de
culpa, porque a lo mejor no fui tan buena madre con mis otros hijos, me tome
todo el tiempo para dedicárselo a mi hijo Juan Pablo, y encima no me di cuenta que quizá
les robe tiempo a mis otros hijos, seguramente no les dedique el tiempo que necesitaban, es
posible, un día hace muchos años me dijo mi hijo mayor: “tienes un hijo preferido”. Son sólo
reflexiones en mi cabeza, pues también es cierto que no se puede estar pensando
todo el tiempo en lo que pudo ser y no fue, porque entonces viviríamos en el pasado,
pero como ser humano que soy hoy más que nunca por circunstancias de la vida,
se me vienen estos y muchos otros interrogantes a mi cabeza.
Es posible que realmente cuando tenemos un apersona con
discapacidad en nuestras familias el duelo no termina si no que se transforma?
Gracias por seguirnos, gracias por leernos pero sobre todo por compartir y difundir la información sobre lo que es una persona con autismo.
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