Quiero contarles de forma resumida como ha sido mi aventura
de adquirir cierta autonomía.
Soy un chico con autismo, siempre he estudiado en colegios
de educación especial, he estado a lo largo de mi vida en cuatro colegios,
incluso en continentes diferentes pues soy Colombiano y vivo en España. En los
tres primeros colegios donde estudie, se me enseñó cosas que me han sido útiles
a lo largo de mis 20 años de vida, pero en ningún colegio me habían exigido
clara y contundentemente que debía ser autónomo, en todo lo que estuviera a mi alcance. Este
es mi bendito colegio donde estudio actualmente: ESTUDIO 3, DE LA fundación
AFANIAS. Mi madre y yo escribimos un blog pero tenemos como regla nunca dar
nombres, en esta ocasión lo hacemos porque consideramos que en mi vida ha
MARCADO LA DIFERENCIA, para mi
crecimiento como ser humano, ha sido como aquel pájaro que siempre esta
enjaulado y un día alguien decide que debe volar pues para eso tiene alas, “alas
de libertad”.
Yo era un chico de 20 años con autismo que jamás salía solo
a la calle, luego aquí comienza mi historia. Hay que aprender a cruzar la calle
por los pasos de peatonales, algunos tienen semáforo, pero otros no, en
principio mi madre me acompaña, me explica, y me enseña que en los pasos que
hay semáforo debo esperar hasta que tenga el muñeco en verde, pues a veces el semáforo
esta en rojo, pero hasta que el muñeco no esté en verde jamás debo pasar la
calle, ESTO FUE FACIL Y RAPIDO. Donde tuve un poco más de dificultad fue en los
pasos peatonales que no hay semáforo, debo ser muy prudente al pasar sobre todo
donde la calzada tiene doble sentido.
El siguiente paso fue el espionaje de mi madre, ella me
mandaba solo pero me espiaba sin que yo
me enterara para mirar como lo hacía solo, si realmente había aprendido, o no había
entendido las explicaciones, cuando la prueba estuvo superada inicio el siguiente paso.
Aquí acompañado por una profesional y pictogramas empiezo a
tomar el bus para ir al colegio, la cuestión es que para llegar a mi colegio en
esa ruta debía tomar dos autobuses. Después de viajar acompañado durante una
semana, se me dice que debo comenzar a tomar el primer autobús sólo y
encontrarme con mi tutora en la parada del siguiente autobús. Esta prueba la supere en una semana,
luego a la tercera semana ya iba solo en el autobús al colegio, bueno no tan
solo mi madre seguía el autobús hasta la parada que me deja al lado del
colegio, y por la tarde de regreso a casa ella hacia lo mismo sin que yo me
percatara de su presencia seguía el autobús
hasta la parada que me dejaba al lado de casa, esto lo hizo durante dos
semanas. Luego solo me llamaba por teléfono para ver donde me encontraba hasta
llegar a mi lugar de destino, el colegio, actualmente lo sigue haciendo
hablamos por teléfono hasta que llego al
colegio o, a casa.
Esa ruta resultaba ser un poco pesada porque uno de los
autobuses que tomaba pasaba solo una vez cada hora luego era mucho tiempo de espera,
y si en alguna ocasión se llegara a pasar el tiempo se duplicaba, después de
haber hecho esta ruta durante dos meses en Diciembre mi madre me enseña una
nueva ruta, con más dificultades que la anterior, pues para llegar al colegio
debo coger tres autobuses y pasar por el intercambiador de Moncloa que es muy
grande y un tanto complicado. Iniciamos la aventura, la primera semana mi madre
me acompañaba en el autobús, me hizo unas tarjetas con pictogramas con los números
de los autobuses, donde me explicaba donde
debía bajarme, para tomar el siguiente. La segunda semana ya solo me acompaño hasta el intercambiador de Moncloa,
es decir en dos autobuses estaba conmigo, de ahí yo debía tomar el último autobús
y llegar al colegio, es obligación cuando llego al colegio llamar a mi madre, así lo hago. Por la tarde me venía
desde el colegio hasta el intercambiador de Moncloa, con los otros chicos de mi
colegio, y allí me esperaba mi madre, para luego tomar los dos autobuses que me
llevan a casa. La tercera semana mi madre me manda solo con las tarjetas de los
pictogramas, ella por supuesto sigue los autobuses en su coche y en Moncloa me
sigue observando escondida para ver como lo hago, esto lo hace durante dos
semanas más hasta que ya no me espía, solo debo llamarla cada vez que tomo un autobús,
para tranquilidad suya y mía. Actualmente tengo la capacidad de decidir en que
ruta me vengo, estoy feliz.
Claro existen las anécdotas graciosas de esta maravillosa aventura,
el primer día que me subí con el bono metro lo perdí y de regreso a casa me fui
sin pagar pues no tenía claro que tuviera que pagar, cuando mi madre me
pregunto le dije: o se me ha perdido el bono metro, y acto seguido la
tranquilice diciéndole que no pasaba nada, ella me abrió los ojos como platos,
y me explico que el bono metro era indispensable que no podía subir a un autobús
sin pagar o sin el bono metro, aprendí la lección y ahora lo cuido y lo guardo
muy bien todas las mañanas se lo enseño a mi madre.
Lo más hermoso de haber aprendido a llegar solo en autobús es
la sensación de libertad, de sentirme mayor, de creer en mis capacidades, ya después
de esto aprendí a ir solo a la peluquería y estoy muy feliz aprendiendo cosas
nuevas sobre ser autónomo.
Mamá papá no duden de sus hijos nosotros también somos
capaces, déjanos volar, esto nos hace sentirnos mejores personas, potencia nuestra autoestima y las relaciones interpersonales,
no tengan
miedo, podemos cometer errores como todos pero podemos aprender. ¡¡Animo queremos alas de libertad!!
Juan Pablo Pardo Ardila
Muchas gracias por leernos, por seguirnos pero sobre todo por compartir y ayudarnos a difundir el diario vivir de una persona con autismo. Gracias, gracias, gracias