Cuando en el colegio de mi hijo en el año de 1.999, me llamo uno de los
Psicologos para decirme que si estaba de acuerdo en que Juan Pablo participara
en un programa de hipoterapia, lo primero que hice fue preguntar de que se
trataba pues el término para mí era totalmente desconocido. En ese momento fue
cuando procedieron a explicarme que la hipoterapia era una terapia con caballos
, bueno lo primero que les dije fue que van a hacer para que Juan Pablo no se
lance del caballo al suelo? Me miraron se rieron y me dijeron no se preocupe de
eso se encargan el grupo de terapeutas especialista en hipoterapia, con la
seguridad que me hicieron sentir accedí a que Juan Pablo participara, todos los
fines de semana durante dos años a estas terapias. En mi memoria está grabado
el primer día, nos subimos padres y niños en carretas tiradas por caballos para
que los niños se familiarizaran un poco con el animal, él subió encantado
conmigo le pareció genial, hasta ahí todo estaba saliendo de maravillas pensaba
yo dentro de mi ingenuidad. La odisea comenzó cuando ya se fue con los
terapeutas para montar en el caballo. Los
únicos caballos en los que él había montado antes era el caballo de los
carruseles que por supuesto le encantaban. El gesto de terror de mi hijo y su respectiva
rabieta cuando lo fueron a subir al caballo fue terrible, lloro muchísimo ese
día y desde luego el tiempo que permaneció fue mucho menos de lo que se
esperaba. El problema de Juan Pablo es que tiene una madre testaruda, porque el
siguiente Sábado, nuevamente fuimos, se comenzó con el paseo en las carretas de
caballos y luego ya solo con el terapeuta al caballo, LOGICAMENTE QUE TAMBIEN
HUBO RABIETA, pero ya de menor intensidad, al cuarto Sábado ya el niño lo
aceptaba con agrado, así seguimos asistiendo durante dos años seguidos, el niño
lo disfrutaba bastante, el problema es que en casa teníamos perro y entonces decidió
coger al perro de caballo, luego logramos que tuviera una relación más estrecha
con el perro de la casa al cual antes ni siquiera lo miraba.
Desde el punto de vista de nuestra experiencia estoy
convencida que la hipoterapia a Juan Pablo sí que le ayudo, en la parte
afectiva y en la resistencia táctil, pues era capaz de acariciar el caballo, comenzó a mostrarse más cercano también con el
perro de la casa, luego comenzó a demostrar sentimientos que antes ni por asomo
lo hubiera hecho. Es de aclarar que ninguna de estas terapias tienen la varita mágica
de la cura del autismo, pero también es cierto que entre más se les ayude con
terapias a los niños y en general a las personas con autismo, su calidad de
vida mejora notablemente, en el caso particular de Juan Pablo su capacidad de
entendimiento y su vocabulario siguen mejorando día tras día. Hay una cosa que
me gustaría hacer énfasis y es en que no solo para los niños con autismo son
útiles las terapias, también en la vida adulta todo tipo de terapia, les
beneficia y les hace crecer como personas, no porque sean mayores podemos
parar, hay que seguir trabajando para que tengan mejor calidad de vida, hay que
seguir enseñando, pues aunque a veces el aprendizaje es lento también es cierto
que con persistencia, paciencia y mucha dedicación, se consiguen cosas que jamás
habríamos soñado.
Siempre se dice y cada día tiene más fuerza de que las
terapias con animales en los niños con autismo ayudan a mejorar su conducta, a
crear lazos afectivos, y muchas otras cosas que podría seguir enumerando, desde
nuestra experiencia les puedo contar que si, vale la pena intentarlo, pues cada
pequeño logro con nuestro hijo es una batalla ganada en la guerra contra el
autismo.
Es interesante saber que las terapias asistidas con animales vienen basadas en investigaciones científicas desde 1872
en Inglaterra. En 1875 Chassaignac, neurólogo francés descubrió que un caballo
en acción mejoraba el equilibrio, el movimiento articular y el control muscular
de sus pacientes y en 1944, la Cruz Roja Americana organiza, en el Centro para
Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer programa terapéutico
de rehabilitación de los aviadores. Es en 1953 que el
Dr.Boris M. Levinson, instituye la Terapia Asistida con Animales (TAA).
Si considera que su opinión es interesante o que nos puede aportar más conocimientos, nos gustaría tener su comentario, y si cree que nuestra experiencia puede ayudar a alguien por favor compartirla. Gracias
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